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Vivimos en una época llena de agitación y ruido, en la que el tiempo es un bien muy valorado. Hay poco tiempo para la escucha musical con concentración y para interiorizar lo escuchado. Los seres humanos, sin embargo, necesitan este tiempo para renovarse, para cultivar la esperanza, la sensibilidad y el sentido de la vida. Los seres humanos necesitan también lugares en los que puedan vivir este tiempo. musicosophia ofrece a los que participan en sus seminarios, ciclos de formación y encuentros este tiempo y este espacio.
- Todos los seres humanos son musicales por naturaleza. Sin embargo, las formas de su musicalidad son distintas.
- Cada oyente puede encontrar su camino para llegar a la música y puede aprender a escucharla con atención, participativamente y sin prejuicios.
- Cada escucha participativa nos conduce a una vivencia y a una comprensión más profunda.
- Cada comprensión más profunda conduce a una renovación interior y a consolidar nuestra esperanza y nuestra convicción del sentido de la vida.