Hemos ofrecido también cursos desde febrero pasado en la Fonoteca Nacional que se encuentra en la ciudad de México, en una preciosa casa colonial. Han sido dos grupos, el primero conformado por 20 jóvenes de nivel universitario que trabajan en la Fonoteca como documentalistas, o sea que deben saber reconocer y catalogar un montón de material musical. Así que el objetivo del curso fue ofrecerles experiencia en cuánto a saber escuchar con atención para “entender lo que estaban oyendo”. Pusimos especial énfasisen el reconocimiento de los elementos musicales como melodía, ritmo, armonía timbre y forma. También saber reconocer los instrumentos musicales y ubicarse dentro de los diferentes estilos de cada época. El grupo de jóvenes trabajó de forma estupenda, hacian muy bien su tarea, mostrando inteligencia y sensibilidad. El trabajo musical en grupo genera siempre mucha amistad entre los participantes.
El segundo grupo se dirigió al público en general interesado en aprender a escuchar música. Se conformó aproximadamente con 30 participantes, en su mayoría adultos que ya amaban la música y deseaban comprenderla mejor.
Doctoras, bailarinas, pedagogos, comerciantes, poetas, amas de casa, etc. La experiencia de vida de cada participante le brindó a este grupo mucha profundidad en su apreciación musical. Las intervenciones de los jóvenes participantes le daban frecura y gracia a las clases. Le dedicábamos dos clases a cada obra a ser estudiada, de forma que cada quien debía realizar su tarea de escucha musical en casa durante la semana. Bach, Schubert, Brahms, Vivaldi, Chopin, etc, les acompañaban ahora cada día.
Todos han confesado que frente a ellos se les ha abierto un nuevo horizonte musical, que les ha enriquecido la vida y que se sienten mejores seres humanos. Caray, nos da mucho gusto escuchar estas palabras que nos animan a seguir adelante, pero que a la vez nos comprometen a mejorar nuestra labor.
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